Desde los tiempos de Arquímedes, la ciencia ha tenido una compañera en la tecnología. Un tándem que en los dos últimos siglos se ha hecho inseparable. El desarrollo tecnológico permite que ideas y descubrimientos científicos vayan más allá de la mera búsqueda del conocimiento, y acaben siendo de utilidad pública. No es exagerado decir que la acción conjunta de ciencia y técnica está detrás de los grandes cambios sociales y económicos producidos a lo largo del último siglo y medio. Y si bien ha sido capaz de mejorar la calidad de vida en buena parte de las sociedades humanas, también ha propiciado algunos monstruos de la razón quizá más preocupantes que aquellos que tan magistralmente ilustró Goya en uno de sus grabados. En esta Sección trataremos esta acción conjunta de ciencia y tecnología, con toda la riqueza de sus matices y sin rehuir la complejidad, no solo técnica sino también ética, que esa acción conlleva.